Sobria residencia en medio de un bosque


La Residencia Dorsey, un proyecto realizado por el estudio de arquitectura Coates Design, se alza en el privilegiado entorno natural de la Isla Bainbridge, dentro del estado de Washington (Estados Unidos). Desde el exterior se aprecia su monumental fachada de cemento, que despliega un encanto casi austero y anónimo en contraposición a otros ejercicios de arquitectura de vanguardia que no hacen sino intentar destacar por encima del entorno que les rodea.

La casa se alza sobre una finca montañosa, en plena línea de costa. La profusión de cristal de su cara posterior hace que los interiores se beneficien de las maravillosas vistas de que disfruta el enclave.

Fachada discreta


La fachada principal de la casa es la que da a la carretera: es en ella donde mejor se aprecia su austeridad. Porque vista desde este ángulo, la fachada es un imponente muro de hormigón desnudo que no deja vislumbrar la estética rompedora del resto del edificio. Cuando se traspasa el umbral de la entrada, la casa se muestra de una forma completamente distinta: amplia, luminosa y diáfana. Y si rodeamos la construcción, la fachada trasera aparece como una superficie donde el cristal es el protagonista principal, permitiendo disfrutar de la contemplación de las montañas y el agua.

Terrazas y luz natural


La zona principal de la vivienda se abre a una amplia terraza que hace voladizo, surgiendo de la propia estructura constructiva de forma que la conexión interior/exterior se consigue sin límites ni uniones visibles. En la cocina, una barra artesanal formada por revestimientos tan originales como el bambú caramelizado o el laminado de alto brillo, invita a quienes la visitan a disfrutar de la conversación y las bebidas. Los electrodomésticos están ocultos a la vista. En el resto de la casa, la escalera se ilumina gracias a un enorme lucernario situado en la cubierta. El muro exterior de cemento proporciona protección y aislamiento térmico a la casa, así como un curioso contraste con la “caja” de madera y cobre que se adivina al doblar la esquina.

Fotografías: Andrew Waits y Roger Turk.

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