Esta vivienda en Seattle, Washington, fue diseñada por el estudio Malboeuf Bowie Architects, siguiendo las premisas y deseos del propietario que quería una vivienda sencilla y natural para su familia de tres miembros. Tenía que ser una casa compacta, con un coste no demasiado elevado y visualmente ordenada.
Los arquitectos responsables del proyecto se pusieron manos a la obra. El resultado es la Casa Greenwood, un refugio en el que la naturalidad se respira en cada espacio.
Versatilidad en cada espacio
Además de las premisas facilitadas por el dueño de la casa, el diseño de los arquitectos contempló también otras prioridades, como son el fácil mantenimiento y la eficiencia energética. Así, la casa cuenta con una serie de volúmenes rectangulares estructurados en dos niveles. En la planta baja están los espacios públicos: comedor, salón y zona de cocina, mientras que el la planta alta se localizan los espacios privados: los dormitorios y baños. La columna vertebral es la escalera abierta, construida en un espacio de doble altura, que dota de luz natural a las diferentes estancias.
Además, en uno de los laterales de la casa se diseñó un voladizo que incluye un dormitorio extra. Un espacio adicional que podrá ser utilizado en el futuro, lo que dota de flexibilidad a la vivienda.
El interiorismo es sencillo y eficaz, y se basa en los pavimentos y detalles de madera, material noble por excelencia, y en el uso de una paleta cromática basada en el color blanco. Las grandes ventanas conectan el interior con el jardín.
