¿Qué es lo que necesita la casa en la que quieres vivir? Ésa es la pregunta que muchos de nosotros deberíamos hacernos antes de contratar los servicios de un arquitecto y así obtener todo lo que te resulta imprescindible para después poder disfrutar de ello. Me he hecho esta pregunta al ver esta casa-estudio de Madrid, cuya forma tan exageradamente asimétrica tiene un porqué, y lo veremos a continuación.
Este proyecto de Jorge Javier Camacho Díez y María Eugenia Maciá Torregrosa para cmA Arquitectos está diseñada de este modo para aprovechar los recursos naturales que se encuentran en este entorno. Las diferentes formas exteriores responden a las pendientes del terreno, adaptándose de manera magistral en las partes que le corresponden en el interior. Esto provocará que dentro de la vivienda nos encontremos con unos espacios bajo el suelo, los cuales añaden más lugar para el almacenaje.
Otros recursos
Sobre estas aperturas nos encontramos en las paredes con unos huecos acristalados que parecen dilatar el espacio interior a la vez que se convierten en pequeños miradores que permiten disfrutar del paisaje natural exterior. Los vidrios de la vivienda son retranqueados, lo que permite captar el calentamiento del sol en invierno y generar un autosombreamiento en verano. Esto la convierte en una casa eficaz, inteligente y sostenible. A ello contribuyen también las cubiertas térmicas, la ventilación cruzada y el gran aljibe enterrado que da uso para el riego del huerto.
Otros detalles
Algo que se tuvo muy claro a la hora de diseñar esta casa es que el proyecto debía presentar dos zonas perfectamente diferenciadas: la vivienda propiamente dicha, y la oficina. Así nace este concepto de casa-estudio capaz de distinguir ambas zonas pero sin disgregar el efecto de unidad. El resultado es un hogar abierto a la naturaleza que te permite disfrutar los momentos de ocio y hacer más amenas las horas de trabajo gracias a las vistas que te ofrece desde cualquier punto.
