Esta preciosa casa lleva el nombre de Quail Hill y se encuentra en el estado de Nueva York, concretamente en la localidad de Amagansett. El proyecto data del año 2009 y fue obra del estudio de arquitectura Bates Masi Architects, que consiguió crear una vivienda a medio camino entre el estilo tradicional americano de las construcciones rurales, y la vanguardia más potente y atractiva.
Edificada en una parcela ajardinada con una refrescante piscina, la vivienda saluda al visitante con su estampa dominada por la enorme chimenea minimalista de cemento.
El estilo de inspiración tradicional debe mucho al revestimiento de placas de madera típico de las construcciones norteamericanas, sobre todo de la zona de Long Island. Visto de cerca, este revestimiento se revela como una pantalla de estacas de madera de roble colocadas a modo de entramado. La chimenea tampoco es tan sólida como parece, ya que no está realizada en cemento sino simplemente revestida de finas placas de este material.
En el interior de la vivienda, la pared que rodea las escaleras da la impresión de estar hecha con piedra traslúcida… Pero en realidad, está realizada mediante la combinación de dos paneles de vidrio entre los cuales hay un “relleno” de pequeñas conchas marinas, que evocan las playas cercanas. El porche y la piscina se insertan en el bello jardín posterior, donde las tumbonas ofrecen un lugar para el relax y el ocio. De nuevo en el interior, el salón comedor a doble altura ofrece un espacio de gran tamaño, perfecto para exponer la colección de arte contemporáneo de la familia, pero también es un lugar acogedor para reunirse.
Fotografías: Christopher Wesnofske.