Este loft está localizado en medio del campo, escondido entre vegetación, en un paraje alejado totalmente de cualquier núcleo urbano en Santiago de Chile. Se trata de un taller-estudio que pertenece a un filántropo griego, que necesitaba un refugio en el que pensar, vivir y trabajar.
El arquitecto encargado del planteamiento del edificio fue Matías Silva Aldunate, que encaró el encargo como un proyecto diferente, cuyo objetivo era lograr un sitio en el que poder desconectar y aislarse del mundanal ruido. El loft, construido en el año 2011, se enclava en una gran colina que goza de unas vistas espectaculares de la ciudad.
Vistas de impresión
La construcción se estructura en dos partes diferenciadas, cada una de las cuales se encuentra en un extremo del terreno, que tiene en total 4.000 metros cuadrados. La primera alberga el taller, la cocina-comedor, el dormitorio, el baño y la sauna. Desde la buhardilla se puede ver la ciudad a través de un pórtico de doble altura.
El segundo área comprende la piscina, la zona de barbacoa, un baño y la bodega. Ambas partes se relacionan a través de diferentes caminos, lo que da lugar a diferentes áreas de descanso y contemplación.
Para la construcción se eligieron como materiales bloques de hormigón estriados y estructuras metálicas forradas de acero cortén. Estos materiales se convierten, además, en estupendos soportes para plantas trepadoras que con el tiempo serán grandes muros vegetales. La pendiente del terreno ayuda a conducir las aguas de la vegetación de una forma natural.
Qué maravilla! Con esta casa sí que es salir a la terraza y respirar aire puro. Me encantaría tener una casa así, perdida en medio de la nada y solo con vegetación alrededor!