Edificada en el año 2066 a partir del proyecto creado por el estudio Procter-Rihl Architects, la Slice House de Porto Alegre (Brasil) es muy conocida por su hermosa arquitectura, pero sobre todo por la presencia de una pared de cristal en su interior que permite visualizar desde dentro de la casa el vaso transparente de la piscina. La construcción cuenta con una serie de referencias a la moderna arquitectura brasileña, pero también añade un nuevo elemento: su compleja geometría en forma de prisma.
Este planteamiento genera una serie de ilusiones espaciales en el interior de la casa, que son el santo y seña del lenguaje arquitectónico de Procter-Rihl.
La piscina, situada en la planta superior, es el generador de espacios principal de la casa. Polariza la atención de quienes entran en ella, convirtiendo a los visitantes en voyeurs y al mismo tiempo, formando parte del culto al cuerpo que es una auténtica obsesión en el país. El vaso está sustentado por los muros laterales, convirtiéndose así en un bloque flotante que se alza sobre la zona común. Durante el día, el agua también funciona como filtro de luz natural y crea distintos reflejos y efectos a medida que el sol se desplaza. Y por la noche, la piscina se transforma en una gran luminaria coloreada.
El nombre de la casa, Slice House (Casa Rebanada), se debe a que fue concebida como una “rebanada” o capa adosada a una zona residencial residual que se generó tras la apertura de una carretera hacia el oeste de la zona. El espacio queda definido por una serie de planteamientos de diseño no ortogonal, doblándose y desdoblándose dentro del envolvente prismático.
Fotografías: Marcelo Nunes, Sue Barr.