En la localidad portuguesa de Vila Nova de Cerveira se levanta esta bonita casa, que hace de su sencillez y elegancia, así como de su pureza de líneas, su virtud. Creada según un proyecto del estudio dEMM arquitectura, dirigido por Emanuel Silva, la casa tiene una superficie total de 600 metros cuadrados, lo que proporciona a sus habitantes un enorme espacio para vivir, transitar y descansar.
La vivienda se diseñó para servir como segunda residencia, para ser empleada los fines de semana. La arquitectura en la que se basa promueve la relación entre los interiores y el paisaje circundante, integrando las magníficas vistas mediante el inteligente uso del vidrio.
En el interior de las estancias el vidrio también está presente, creando patios acristalados a medio camino entre el minimalismo y la estética zen, que aportan luz y decoración natural a los espacios. Pero donde más resalta el uso del cristal es sin duda en la fachada principal que da a la piscina desbordante, y que permite que el entorno penetre en abundancia en la casa.
Los volúmenes horizontales que forman esta construcción contrastan con el revestimiento pétreo de la planta sótano, creando un diálogo contrapuesto de materiales y colores. La planta superior se divide en dos volúmenes que hacen intersección en el eje de tránsito vertical y horizontal. Por su parte, los espacios del exterior promueven la relajación y el disfrute del paisaje. De esta manera, se logra la casa perfecta para disfrutar en verano y aprovechar al máximo el tiempo libre.
Fotografías: Pedro Lobo.