Vista desde fuera, esta curiosa casa parece casi de juguete. Con una arquitectura de concepción lúdica obra del estudio Velocity, la vivienda se alza en la ciudad japonesa de Okazaki. Nadie diría que en su interior nos vamos a encontrar enormes espacios amplios llenos de tranquilidad y relax, cuya concepción rayana con el zen es de una belleza llena de armonía…
La cubierta con una profunda inclinación a dos aguas cuenta con enormes ventanales sin acristalar, que crean un ático que es sin duda la joya de esta vivienda.
Enormes vanos abiertos
Gracias a estos enormes vanos, el espacio de interior se convierte casi en una terraza de exterior. Y viceversa: los espacios externos, parcialmente cubiertos, pasan a ser parte también de la zona interior de la vivienda. La enorme escala y la ausencia de cristales caracterizan a este increíble ático, que difumina de una vez por todas los límites entre paisaje y vivienda, enmarcando vistas que de otra manera hubiesen sido imposibles de divisar en un barrio poblado de casas.
Vistas de las montañas
La casa Montblanc está diseñada para una familia de cuatro personas: una joven pareja que dirige la tienda ubicada en la planta baja, su hija de tres años y su recién nacido. La zona, de tipo residencial, es muy tranquila. A diferencia del resto de las casas, esta construcción permite divisar las montañas lejanas gracias a su altura y su peculiar configuración. Vistas, luz y aire a través de enormes vanos, que convierten el ático de la casa en un auténtico cielo en la tierra.
Fotografías: Kentaro Kurihara.