Esta casa de espectacular concepción racionalista y contemporánea se halla en medio de un paisaje de colinas. Edificada en Benavente (Portugal), la vivienda destaca por su rabiosa modernidad y su color rojo caldera, no muy habitual en las casas que se prodigan en la arquitectura actual. Con una magnífica piscina, espectaculares vistas sobre el lago vecino y sobre un horizonte salpicado de alcornoques, la casa está concebida para proporcionar un refugio de relax y placer a sus habitantes.
El proyecto previo a la construcción es obra del arquitecto Miguel Marcelino. La casa cuenta con una superficie total de 282 metros cuadrados y se terminó de construir en el año 2012.
Fachada roja envolvente
El interior de la vivienda ocupa un volumen compacto dividido racionalmente en dos plantas. Pero si algo distingue a esta vivienda de otras del mismo estilo, además del color de las fachadas, es la presencia de tres patios de distintos tamaños y diseño. El primero es el más grande, íntimo y envuelto por el edificio: se encuentra en el ala sur y abraza un gran alcornoque que se encontraba en la finca, previamente a la construcción de la casa.
Tres patios, tres conceptos
Junto a la entrada trasera encontramos un segundo espacio abierto, de tamaño más pequeño y destinado al servicio. Por su parte, el tercer patio funciona como pieza clave para la relación entre la casa y el ala norte: es un espacio estrecho con una abertura horizontal que enmarca el horizonte. Su ambiente refleja el concepto de “espacio interior-exterior”, con luz suave que refleja la que le llega a la pared exterior, directamente expuesta al sol. Este curioso atrio vertical se comunica con la escalera y conduce a una terraza abierta, que es el último elemento de la secuencia de espacios, patios y ambientes, que van desde lo más introspectivo a lo más abierto al mundo.
Fotografías: ©FG+SG | Fernando Guerra.
