Las vistas que se disfrutan desde el privilegiado emplazamiento de esta casa son sin duda una de sus características más atractivas. Construida en un acantilado que se encuentra en la Isla de Waiheke, sobre la Bahía de Owhanake (Nueva Zelanda), la casa es un ejercicio insuperable de arquitectura destinada a disfrutar sobre todo del entorno que la rodea.
El diseño de la construcción, realizado según el proyecto del estudio Strachan Group Architect, está basado íntegramente en el concepto de “vida en la galería”. Los propietarios de la casa son una pareja parcialmente jubilada, que hicieron hincapié en que los espacios se distribuyeran en una sola planta para mayor comodidad.
De acuerdo con los arquitectos, hay tres pabellones que se curvan para seguir los contornos del terreno natural y permitir la facilidad de desplazamientos por el paisaje, con la mínima excavación posible. Como sucede en el entorno de la casa, los dobleces de la tierra suelen contener cursos de agua; así que las dos hendiduras que se encuentran entre los tres pabellones son puntos donde hay acceso al agua de los manantiales. Sobre estos puntos se alzan dos casas-baño, una de ellas formando parte de una suite y la otra con piscina y spa.
La casa se alza dando la espalda orgullosamente a la ciudad de Auckland, que se halla a un trayecto en ferry que cubre unos diecinueve kilómetros. La idea de sus habitantes es vivir en una casa donde sea posible acomodar su ritmo de vida al de la isla. Un lugar de pausa y de concentración. Inspirada en las clásicas casas con galería abierta típicas de Nueva Zelanda, esta vivienda dispone de una gran terraza abierta a pie de costa donde se puede disfrutar del entorno sin sufrir los rigores del sol, gracias a la cubierta que la protege.
Fotografías: Patrick Reynolds.