Esta preciosa casa se encuentra en el Golfo de Morbihan, en la Bretaña francesa, y responde a un proyecto del arquitecto Patrice Bideau. Se trata de una vivienda bioclimática, construida bajo los principios de la arquitectura orgánica y con una gran concentración de componentes energéticos “verdes” para obtener la máxima eficiencia sin tener que depender de la sofisticación tecnológica.
La casa se terminó de construir a principios del 2012; la región en la que se encuentra se beneficia de todas las ventajas del clima oceánico.
El proyecto nació del deseo de los propietarios de construir su propia vivienda e incorporar un jardín inspirado en el entorno, con una piscina libre de agentes químicos. Ambos (jardín y piscina) se crearon antes de que la construcción de la vivienda comenzara; en su planteamiento intervinieron un paisajista y un diseñador especializados. El jardín proporciona cobijo frente a los vientos del oeste, gracias a una serie de barreras vegetales ubicadas en el lado este del terreno.
La casa se levantó en la sección noroeste de la finca para dejar el máximo espacio al jardín y la terraza. El garaje con estructura de madera y cubierta arqueada de planchas de zinc sirve también como cobertizo protector: la cubierta hace un voladizo que proporciona sombra y cobijo a la entrada principal. En la fachada norte hay pocas aberturas, estando formada por bloques de cemento sin revestir por el interior y un trasdosado de madera, lana de roca y revoque externo por fuera. Este envolvente y los tabiques de distribución soportan la planta superior de ladera, mientras que su intensa inercia térmica controla la temperatura en invierno y verano.
Fotografías: Armel ISTIN.