El edificio de Experimentarium, que alberga exposiciones, ha sido objeto de una importante reforma, que ha sido realizada por los arquitectos de CEBRA con el fin de quitarle ese aspecto más intimista y de mirar hacia el interior para abrirlo hacia el exterior. Entre los cambios más llamativos destaca una gran escalera, que se ha inspirado en el ADN.
Los cambios
Este edificio en Tuborg Havnevej (Dinamarca) fue con anterioridad una planta de embotellado de la cervecería de Tuborg por lo que se ha tenido que hacer una importante reforma arquitectónica para adaptarlo a sus nuevos usos y que sea más atractivo para el público.
El espacio, según se puede ver en las fotos de Adam Mork, ha sido creado para despertar la curiosidad del visitante, además de generar un entorno que sea espectacular y flexible, lo que se ha logrado con la terraza de la cubierta para que sea un punto atractivo durante todo el año. Además, se ha procedido a ampliar el área de exposición.
La flexibilidad y versatilidad del edificio también se ha conseguido con cajas apiladas que se han colocado de forma desplazada en la base para abrirse a grandes superficies de vidrio con el fin de crear una conexión visual con su interior. Las cajas se han revestido con una fachada de paneles de aluminio perforado con lo que se genera contraste con el ladrillo y se refuerza el binomio nuevo y antiguo.
Escalera
Pero, sin duda, uno de los puntos más llamativos de esta reforma del edificio es la escalera Helix de 100 metros de longitud, que se ha realizado con un revestimiento de cobre. Situada en la entrada, llama la atención su diseño, que se ha inspirado en la estructura de la hebra del ADN, que ha sido la base para hacer una versión más abstracta.
El objetivo con esta escalera fue dar visibilidad a la relación con la ciencia, además de tener también su punto funcional para facilitar el tránsito de las personas y aportar coherencia entre los pisos del edificio.
