El arquitecto Keiji Ashizawa ha sido el responsable del proyecto de reforma que transformó una vivienda obsoleta situada en la capital de Japón, Tokio, en un precioso ático con paredes de cristal que se beneficia de magníficas vistas sobre la ciudad y de gran cantidad de luz natural.
La casa se ubica en una zona residencial donde reina la tranquilidad, a un par de manzanas del distrito comercial de Tokio.
En principio, la vivienda era un dúplex con pequeños dormitorios y diminutas ventanas. No existía un flujo entre la zona interior y la exterior, totalmente desaprovechada. Los clientes, una pareja con dos hijos, querían aumentar el espacio común y crear un patio interior con suficiente intimidad, al tiempo que disponer de una estructura donde la luz natural estuviese siempre presente. Como la vivienda original formaba parte de una pareja de viviendas gemelas, los clientes también indicaron su deseo de decorar la fachada de forma que su casa se diferenciara claramente de la otra.
El hecho de que los propietarios del ático hubiesen vivido en él durante un mes antes de empezar la reforma contribuyó eficazmente al nuevo diseño, ya que podieron detectar los defectos de la vivienda y sus propias necesidades. Se creó una nueva estructura de cristal a modo de carpa sobre el edificio, creando una nueva planta que forma parte de la terraza situada en la azotea. La apertura de la fachada sur deja entrar la luz natural, y el dormitorio principal está además conectado con un íntimo y bello patio-jardín japonés.
Fotografías: Takumi Ota.
