Los edificios que han sido anteriormente fábricas son una buena opción no solo para los lofts, sino también para reconvertirlos en oficinas. Prueba de ello es el diseño de la nueva oficina de MullenLowe, que ha sido realizado por TPG Architecture. El equipo de arquitectos ha conseguido diseñar una nueva estancia aprovechando una antigua fábrica de tabaco.
Estructura
Este inmueble, que está situado en Winston-Salem (Estados Unidos) fue construido en 1930, manteniéndose gran parte de su estructura a la que se ha añadido para la oficina una gran placa de piso profunda, ventanas de marco metálico y unos techos gruesos.
El toque industrial se ha mantenido tanto en el exterior del edificio como en su interior en el que se han dejado las paredes y el techo sin tocar, según se puede ver en las fotografías de Eric Laignel.
El diseño de la oficina ha permitido dejar expuestas tanto las vigas como las columnas estructuradas, aunque fueron limpiadas para evitar que se pelasen, puesto que la pintura procede prácticamente desde la construcción de la fábrica.
Diseño
La placa de suelo en forma de L permite dividir el espacio en dos alas distintas de una manera natural. De esta manera, la oficina cuenta con una zona de recepción, que se ha situado en el vértice de las alas en el atrio abierto con escaleras al vestíbulo.
Además, se han empleado cajas para hacer subdivisiones del espacio y para crear diferentes ambientes que responden a las necesidades de la actividad de la empresa como salas de conferencia, estudios de fotos y grabación, cabinas, sala de proyección…
Las cajas están revestidas de madera contrachapada y pintada de color gris oscuro, que combinan con el resto del mobiliario para lo que se han tenido en cuenta los colores de la pintura descascarada de las paredes de hormigón.
Todo ello, además, se ha acompañado de un sistema de pantallas de metal perforadas para crear un espacio magnético del perno, pero sin tener que renunciar a la fluidez del piso.