Este magnífico y elegante chalet esconde un equipamiento y un interior de lujo entre sus paredes. Edificada en Queensland, en la costa de Australia, la casa lleva por nombre Sunshine Beach (Playa Soleada) y fue un encargo de un particular para el estudio de arquitectura Bark Design Architects.
Construido en una finca de 536 metros cuadrados de extensión, el chalet se concibió como un “oasis de relax” destinado a las vacaciones. Está edificado en una urbanizaciónque también alberga cuatro casas vecinas y un dúplex bastante próximos, por lo que era necesario fomentar la privacidad y aprovechar bien todos los rincones.
La piscina longitudinal que acoge esta vivienda es probablemente uno de sus puntos estrella: azul, transparente y refrescante, es posible visualizarla desde distintos puntos. Por otra parte, el diseño recoge los espacios privados alrededor de la zona de la piscina, en un volumen de dos alturas que da acceso a la terraza semicubierta. Como área social principal, el volumen acoge la cocina y la sala de la piscina, que se encuentran cada una a un extremo del espacio.
Las distintas estancias de la casa están conectadas a través de un eje de circulación visual, que va desde la entrada protegida con pantallas de listones de madera situada al este, hasta la ventana ubicada en la fachada oeste. Esta “columna vertebral” articula la entrada de la luz mediante un triforio continuo situado en el nivel más alto, que deja pasar el sol invernal y activa la circulación del aire favoreciendo la ventilación de toda la vivienda.
Fotografías: Christopher Frederick Jones.