Que sí, que el dinero no da la felicidad. En eso estoy de acuerdo, pero hombre… ¿A quién no le gustaría vivir en una casa como esta? Bueno, igual está bastante perdida en la montaña y lo tienes un poco complicado para llegar a la gran ciudad, así que me conformaría con tenerla para esas escapadas de fin de semana en las que buscas desconectar de los problemas.
La casa en cuestión se llama Be-Landa y está en Kuala Lumpur, la capital de Malasia. Allí hay gente con mucho dinero capaz de encargar proyectos que son verdaderas maravillas.
Perfecta fusión con la naturaleza
Los aplausos hay que dirigirlos hacia la plantilla de trabajadores y trabajadoras de 29 Design, que supieron aprovechar los 8.000 metros cuadrados que tenían a su disposición para levantar una verdadera obra de arte.
Está frente a una reserva forestal y han tratado de hacer todo lo posible por fundirla con la naturaleza. De ahí que tomaran como referencia la mínima cantidad posible de terreno plano.
Hay hasta tres pabellones que impresionan por su presencia y por el lujo que transmiten. Hay una piscina de borde infinito y terrazas en las que disfrutar de un aperitivo con las mejores vistas. Son siete la escaleras que unen todos los espacios, así que vivir allí también tiene beneficios para la salud.
Materiales made in Malasia
Por lo que nos cuentan los arquitectos encargados de abanderar el proyecto, Stephanie Maignan y Amanda Teh, todos los materiales empleados son de origen local: suelos de concreto pulido, guijarros, piedra caliza de Sukabumi para la piscina, madera de Merbau para suelos, techos y pantallas de fachada… Los colores predominantes, por su parte, son el blanco, el gris y el madera, algo que sin duda es un acierto porque se mezclan muy bien con el verde que monoopliza la zona.
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