¿Quién dijo que una casa en la montaña tenía que seguir siempre las clásicas pautas alpinas? Piedra, troncos, estilo rústico… Esta vivienda muestra claramente que se puede compaginar el encanto de las casas de piedra de montaña con la arquitectura más vanguardista.
Se trata de una vivienda de vacaciones edificada en una pequeña localidad del Val d’Aran y terminada en el año 2010, según un proyecto del estudio de arquitectura barcelonés Cadaval & Solà-Morales.
Según el estudio, la idea general del proyecto buscaba “recuperar los valores constructivos de una antigua edificación tradicional realizada en piedra seca, técnica tradicional de la zona. Sin embargo, las características típicas de esta técnica (volúmenes compactos, rotundidad, vanos pequeños y escasos, solidez…) impedían aprovechar el extraordinario entorno y las vistas que ofrece el paraje donde se encuentra la casa: encima de una montaña y con vistas a dos valles distintos, a los cuales da cada una de las dos fachadas”.
Al final se diseñó una construcción de dos plantas, sencilla y con tejado a dos aguas, que recupera la estructura original y aporta una intervención mínima pero claramente contrastada y evidente. La idea era crear espacios interiores nuevos y contemporáneos destinados a proporcionar la máxima calidad de vida a sus habitantes, al tiempo que se respetaba el envolvente antiguo. En el sótano se abrió un gran vano en el muro de piedra seca que permite la entrada de luz a una estancia diseñada como segundo salón comedor, además de abrir la zona a las maravillosas vistas circundantes.
Fotografías: Santiago Garcés.