Las construcciones actuales siguen en muchas ocasiones líneas sencillas, de inspiración minimalista y concepción básica. Para aportar distinción y personalidad a estos austeros ambientes, los materiales de construcción son una de las soluciones más empleadas. Piedra, ladrillo y madera se alían para dejarnos penetrar dentro de los muros de las casas, y convencernos así de la solidez y autenticidad de su presencia.
Es precisamente lo que ocurre en este pequeño ático reformado en la ciudad de Praga (República Checa) por el arquitecto Dalibor Hlavacek. El proyecto, del año 2012, muestra una simplicidad de líneas que se alía con los materiales en bruto para aportar luz, espacio y personalidad al inmueble.
El loft está situado en el barrio de Bubeneč y forma parte de un edificio de apartamentos edificado en los años 50. Concretamente ocupa la planta del ático y tiene orientación norte-este, dando directamente a la calle. Como curiosidad, señalar que este precioso dúplex fue en origen un espacio destinado a secar la colada… Las zonas “sociales” muestran a través de sus ventanas vistas al Stromovkapark, mientras que las habitaciones dan a un enorme árbol que sirve de pantalla para ocultar los edificios colindantes, y aporta frescor en verano.
Los interiores crean un diálogo entre superficies en bruto, formadas por los muros originales de ladrillo, y los limpios contornos de las paredes de yeso laminado. La zona del baño se distingue claramente por el suave acabado gris, que invita a tocarlo… Los suelos y los muebles básicos son de madera de roble, mientras que la pequeña cocina ofrece toda la superficie y el espacio necesario gracias a su inteligente diseño.
Fotografías: Filip Slapal.
