No es muy habitual ver proyectos tan valientes y rompedores como el de esta ampliación, realizada en una casa de Burgos por el estudio Gaztelu Jerez Arquitectos. El nombre del proyecto es Casa CM28, y consiste en la ampliación y renovación de una vieja casa de los años 40 del siglo XX con un añadido que respira vanguardismo por los cuatro costados.
El estudio de arquitectura apuesta por el uso de la libertad con restricciones, de forma que éstas les obliguen a buscar soluciones innovadoras. La Casa CM28 es un ejemplo perfecto de lo que estos profesionales consiguen a través de esa filosofía.
La vivienda se encuentra ubicada en un barrio que en los años 40 fue urbanizado por la OSH (Obra Sindical del Hogar). La mayor parte de las casas que se edificaron entonces cuentan con dos plantas, fachada blanca, zócalos de piedra, pequeñas ventanas y cubiertas de teja. Esta tipología responde a las características de muchas de las construcciones rurales de la época, con patio/ jardín trasero que en tiempos se empleaba como cocina al aire libre.
Hoy día muchas de las casas originales han desaparecido, sustituidas por construcciones más modernas. El barrio, antaño periférico, actualmente está inmerso en la ciudad y crea una sensación de arquitectura popular en medio de la urbe. El proyecto ha conseguido combinar tradición y contemporaneidad, mediante volúmenes verticales y horizontales organizados a partir de un núcleo central de tipo escultórico, que conecta todas las plantas de la vivienda: desde el sótano hasta la azotea. La casa cuenta también con dos patios interiores, uno de ellos comunicado con la planta baja y otro con el sótano.
Fotografías: ©Javier Bravo Jabato.