Casa de cemento con fachada abierta en Girona


El cemento es un material cada vez más apreciado en arquitectura, sino también en interiorismo. Las estancias con suelos de cemento pulido, sin ir más lejos, cada vez son más demandadas por quienes quieren adecuar su casa a las nuevas tendencias. Y si de cemento hablamos, entonces esta original casa de 320 metros cuadrados situada en Girona es un magnífico ejemplo del buen uso de este humilde material.

La casa se llama Pocafarina y su diseño es obra del estudio de arquitectura Hidalgo Hartmann, formado por Jordi Hidalgo Tané y Daniela Hartmann. Lo que más me llama la atención de esta construcción, aparte del mencionado uso del cemento, es la gran abertura de la fachada principal completamente acristalada.


La vivienda se alza en una finca que cuenta con muy buenas vistas del panorama circundante. La idea del estudio y de los propietarios era aprovechar al máximo esas vistas evitando la barrera que suponían los edificios colindantes. Para conseguirlo, la casa adquirió la forma de una cruz de cemento compacta que se alza sobre el centro de gravedad de la finca. Las cuatro aspas de la cruz se orientan de forma que las mejores vistas quedan garantizadas. Todo el volumen queda soportado por cuatro columnas y crea un voladizo con una altura de un metro sobre el jardín.


Las propias columnas están apoyadas sobre la planta baja, que tiene una superficie de 8×8 metros y que alberga la entrada, el porche, el garaje y el cuarto de lavadoras. En la planta superior, la forma de cruz de la construcción organiza las cuatro alas alrededor de un espacio central en forma de patio exterior, que proporciona luz natural al interior de las estancias.

Fotografías:
Filippo Podi, Jordi Hidalgo.

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