Esta casa de gran tamaño y magníficas vistas tiene un curioso aire monumental, que nos recuerda de alguna manera las clásicas construcciones precolombinas. A este aire histórico se le une su indudable concepto vanguardista, y el resultado es un conjunto lleno de originalidad, que ofrece a sus habitantes una habitabilidad excelente sumada a las mejores panorámicas que se obtienen desde sus ventanales.
El proyecto es obra del estudio Alexandre Burmester Arquitectos Associados. La casa se levantó en la localidad de Foz do Arelho, Caldas de Rainha (Portugal) en el año 2009. Situada sobre un acantilado que sobrevuela el Lago Óbidos, la vivienda es casi un “nido de águila” lleno de contemporaneidad.
Volúmenes interconectados
La finca tiene una extensión de unos 4500 metros cuadrados, y su orientación es precisamente una de sus mejores bazas. Para no romper en demasía el enclave natural, la vivienda se diseñó de forma que se integrase en lo posible con el terreno y se difuminase discretamente con el medio natural. Al mismo tiempo, su edificación se calculó con sumo cuidado para poder aprovechar la luz natural y las vistas al máximo. Así, el edificio se levanta sobre el terreno en desnivel y se desarrolla conforme a la topografía de éste.
Solo 6 metros de altura
La construcción está formada por varios volúmenes orientados hacia el sol y las vistas. En ella encontramos la zona de la entrada, situada en el nivel más alto, unida a otra área semi-enterrada que se comunica con al anterior. Ambas se conectan directamente con el terreno y el jardín. En el nivel más alto se encuentran las zonas de servicio, la cocina y el garaje, así como el comedor y los salones. Por su parte, la zona que permanece parcialmente enterrada acoge las habitaciones y los baños. Como la altura de la casa no supera los 6 metros en total, la vivienda permanece prácticamente escondida y se funde con el terreno y la vegetación que la circunda.