El estudio A-cero sigue en su línea de diseñar viviendas impresionantes, que se diferencian de muchas otras edificaciones contemporáneas por sus valientes conceptos y su actitud realista frente a las necesidades de sus clientes. Sus casas son casi siempre una ruptura con lo establecido, y en este caso una vez más nos vemos sorprendidos por la maestría de los arquitectos del estudio.
La casa que nos ocupa es una vivienda de auténtico lujo, y no es de extrañar, ya que Joaquín Torres (arquitecto del estudio) la ha diseñado para su propio uso. La casa se alza en la urbanización La Finca, ubicada en la ciudad de Madrid.
La pasión por el mundo del arte que caracteriza a su creador se ve reflejada en muchas partes de esta vivienda, como por ejemplo en la enorme escultura de color naranja óxido que se alza sobre la piscina y destaca por su mágico equilibrio. La casa en sí presenta una estructura alargada y estilizada, en la cual el protagonismo es sin duda para las líneas rectas pero siempre ligeramente moduladas por curvas casi imperceptibles.
Los volúmenes horizontales cobran importancia frente a la verticalidad, distribuidos en estratos o niveles que se superponen unos sobre otros. Da la sensación de que la casa va surgiendo o brotando literalmente de la tierra… Y la verdad es que es así, ya que la construcción se alza sobre un sótano a partir del cual se levanta el resto de las plantas. Las fachadas son de hormigón, un material muy caro al estudio A-cero, en este caso coloreadas de forma que muestren reminiscencias de los tonos de la tierra y la piedra.