La vivienda que vemos en estas imágenes fue construida en el año 2008, a partir de un proyecto llevado a cabo por Ensamble Studio. Su nombre es Residencia Hemeroscopium. Para los griegos, el hemeroscopio es el punto justo donde el sol se oculta sobre el horizonte, y viene a simbolizar esos lugares míticos que solo existen en nuestra mente y nuestros sentidos, siempre cambiantes, pero sin duda reales.
La Casa Hemeroscopium, así, representa exactamente ese concepto para sus propietarios: una construcción a medias real e irreal, definida por la luz y las sombras. Se encuentra en Las Rozas (Madrid) y cuenta con una superficie de 400 metros cuadrados.
Esta curiosa construcción acoge un espacio doméstico, y al mismo tiempo, permite acceder a un horizonte lejano. Y lo hace mediante un juego de estructuras cuyo equilibrio puede resultar engañosamente inestable, que limita los espacios donde se desarrolla la vida permitiendo aún a la vista escapar a paisajes lejanos. Las enormes estructuras de cemento, que dan la sensación de haber sido “tiradas” unas encima de otras por un dios caprichoso, desafían a la ley de la gravedad y definen los recintos de una forma muy original.
Los arquitectos responsables del proyecto se arriesgaron en gran medida con su concepción. Como ellos mismos indican, “todo nuestro esfuerzo se orientó a desarrollar una técnica específica que nos permitiese crear este tipo de espacios. Y dicho esfuerzo se reveló en el descubrimiento de un nuevo y sorprendente lenguaje arquitectónico, donde la forma desaparece para dar lugar al espacio desnudo”. La casa Hemeroscopium materializa la cumbre de su equilibrio con lo que el estudio de arquitectura llama irónicamente “el punto G”: una enorme roca granítica de diez toneladas que representa la fuerza de la gravedad y el contrapeso físico de toda la estructura.
Fotografías: Ensamble Studio – Débora Mesa.
