El prestigioso arquitecto David Jameson consiguió algo realmente complicado de lograr en arquitectura: fusionar la tradición y la vanguardia en una construcción que no “chirriase” ni resultase demasiado desequilibrada. El resultado final fue la Residencia Edgemoor, una casa señorial inspirada en el tamaño y la tipología de las residencias posteriores a la II Guerra Mundial.
El cliente deseaba una mansión de estas características, pero que al mismo tiempo fuera moderna. Para edificarla hubo que derribar la casa original, respetando los muros de cimentación y la terraza del primer piso.
Mezcla de texturas
La casa lleva tejado a dos aguas, que la emparenta con las edificaciones tradicionales que la acompañan en el vecindario. La fachada muestra dos tipos de revestimiento: piedra colocada de una forma regular y longitudinal, combinada con zonas de revoque blanco hueso. La piedra cumple la función de relacionar la casa con la tradición, pero su disposición moderna rompe el estilo antiguo para insertar a la vivienda en pleno siglo XX. En general, la yuxtaposición exterior de formas y texturas está diseñada para crear una composición abstracta y reflejar la división interna entre espacios públicos y privados.
Una galería y una pasarela
En el interior, la entrada da paso a una galería que recorre toda la fachada de la vivienda en sentido longitudinal. La galería también sirve para separar el volumen correspondiente a la cocina y el comedor, de la zona destinada a la habitación de invitados y a la sala familiar. Este corredor termina en el volumen de dos alturas, correspondiente a la suite principal. Una escalera muy atractiva sube por encima del salón y conduce a una pasarela que comunica la habitación de invitados con la sala multimedia.
Fotografías: David Jameson Architect.