En ocasiones, los arquitectos se sienten tan maravillados de un lugar que hacen todo lo posible para construir allí una vivienda. Es el caso de Pedro Quintela, que después de visitar varias veces la aldea de Malveira da Serra, situada en Cascais, Lisboa, se enamoró de una casa rural en ruinas ubicada en un patio utilizado para fines agrícolas. Por eso, buscó al dueño y le hizo una oferta por la propiedad, que aceptó sorprendido y encantado.
Tras adquirir la propiedad, el arquitecto y artista transformó el lugar convirtiéndolo en una casa que combina un diseño interior rústico con un enfoque contemporáneo. ¿Quieres descubrir más detalles sobre esta preciosa vivienda? ¡Solo tienes que acompañarnos!
Reliquias del pasado
La primera fase del proyecto consistió en la limpieza del lugar. Durante este meticuloso proceso, Pedro Quintela se familiarizó con el sitio y descubrió reliquias del pasado que introdujo en la nueva vivienda. Eso sí, de la estructura solo prevalecieron las paredes de piedra originales.
Materiales
Con el fin de respetar y preservar la identidad de la construcción original, el arquitecto se decantó por materiales de la zona, como el pino y el granito de Sintra. Además, reutilizó materiales del lugar. En cuanto al método de trabajo, Quintela dividió el proyecto en tres fases: adaptación (respuestas inmediatas del lugar), transformación (reflexión) y cristalización (creación).
Una casa grande, luminosa y acogedora
La transformación de la vivienda fue asombrosa, ya que el arquitecto logró convertir una casa pequeña, confusa y fragmentada en un espacio fluido, grande, luminoso y, por supuesto, acogedor. De hecho, el arquitecto la define como una casa en forma de abrazo. De ahí que la llamara Embracing House (“Casa Abrazo” en inglés). A continuación te dejamos con nuestra galería, donde encontrarás más imágenes de esta bonita casa portuguesa. ¡No te la pierdas!