El minimalismo que define a esta moderna vivienda es la estética perfecta para incluirla en el paraje blanco y vacío que la rodea. La casa, un trabajo del estudio polaco Moomoo Architects, se encuentra en un impresionante entorno helado perteneciente a la capital de Islandia, Reikiavik. Tan desolado como espectacular, este paisaje se puede disfrutar al cien por cien desde el interior de la confortable vivienda gracias a los enormes paneles de cristal que cierran su fachada frontal.
El proyecto de la vivienda tuvo que ajustarse perfectamente a las lindes de la finca escogida, por lo que dentro de una planta de 15,5 x 17 metros hubo que incluir todos los espacios deseados, tanto interiores como exteriores.
El resultado es un proyecto minimalista, con revestimiento exterior blanco puro destinado a fundirse con el paisaje nevado. Dos de los muros del envolvente, como hemos comentado, disfrutan de enormes cristaleras, mientras que los otros dos están cerrados casi en su totalidad para preservar la intimidad de sus habitantes. Las cristaleras son deslizantes y durante la estación cálida pueden retirarse, de forma que el salón se convierte en una agradable terraza directamente comunicada con el exterior.
En contraste con la blancura de la fachada, los interiores gozan de la clásica calidez de la madera de arce. La distribución contempla cuatro zonas principales: garaje, dormitorio principal, zona de niños y espacios comunes. Los 194 metros cuadrados de superficie dan cabida a tres baños, cuatro habitaciones para los niños, vestidores y grandes armarios, cuarto de instalaciones y grandes zonas comunes para disfrutar en familia.