En la vivienda de la que vamos a hablar en este post lo más importante no es el exterior, como suele suceder con las que solemos mostrar en Decoarq. Es el interior el que ha sido diseñado y desarrollado con gran inteligencia, de forma que la casa aprovecha al máximo la luz natural y las vistas. ¿Cómo se ha logrado esto? Pues de una forma tan simple que parece evidente, aunque no es una solución habitual en arquitectura: agujereando los tabiques medianeros, practicando grandes vanos cuadrados en su superficie.
El diseño arquitectónico de la casa, situada en Fukuoka (Japón) pertenece al estudio de arquitectura Atelier Cube. El edificio se alza en una finca en la que se alzan varios cerezos, y sus propietarios deseaban que el ambiente permitiera disfrutar de su vista desde cualquier punto del interior.
El estudio planteó un diseño basado en un entramado de particiones internas abiertas, que separasen visualmente los ambientes en distintas estancias. Las “ventanas” interiores que se abren en los tabiques permiten disfrutar a todas las habitaciones de luz natural, al tiempo que dejan entrar las vistas exteriores que se visualizan a través de las ventanas de las fachadas. Incluso la estancia más alejada del exterior cuenta de esta manera con bellas imágenes de los cerezos.
Los habitantes de la vivienda pueden trasladar sus sillas hacia cualquier punto de la casa sin tener que estar abriendo y cerrando puertas, como si se encontrasen en una terraza o patio exterior. La parte inferior de las aperturas tiene un rebaje para colocar improvisadas baldas para plantas o adornos, pero también para servir como asiento para los niños. En la parte superior de la casa se encuentran las habitaciones y zonas privadas de la familia.
Fotografías: Toshiyuki Yano.