La Casa Bondi toma su nombre de la famosa franja arenosa costera ubicada en Australia. La vivienda se encuentra situada a un corto paseo del bello paraje, y forma parte de una calle de las afueras de la ciudad con edificios a altura media y baja.
Producto de un acertado diseño llevado a cabo por el estudio Carter Williamson Architects, la casa Bondi hace gala de una gran pureza de líneas que la convierten en un ejercicio de vanguardismo arquitectónico asequible.
La estructura del edificio, basada en la sencillez de la forma cúbica, forma la ampliación de esta vivienda clásica con la cual contrasta de forma rompedora y eficaz. El estudio de arquitectura decidió dividir la construcción en dos para aprovechar más el escaso espacio disponible. Justo en la división entre ambos volúmenes, una serie de paneles de cristal llevan la luz natural al mismo centro de la casa, dejando aparte las escaleras que suben a los dormitorios superiores y definiendo el programa de los espacios abiertos de la planta baja.
Este revestimiento de cristal azul, brillante y límpido, evoca así los reflejos del océano cercano y captura retazos del cielo que se alza sobre la casa y sus azoteas de terracota. Un pabellón secundario, más pequeño, hace las veces de espacio creativo y estudio para que el cliente desarrolle su actividad creativa. Dicho estudio recupera la planta del antiguo cobertizo del jardín y trepa hacia la vivienda principal. A través de los paneles correderos de cristal, tanto la zona común de la casa como el mismo estudio se abren al patio, generándose un diálogo entre ambos pabellones.
