El lujo que destila esta vivienda no tiene nada que ver con materiales caros o suntuosos, obras de arte exclusivas, mobiliario lujoso o innovaciones tecnológicas. En este caso, dicho lujo se expresa a través de una arquitectura llena de belleza y equilibrio, un entorno natural que permite a los usuarios disfrutar de magníficas vistas y agradables temperaturas, una constante interacción con los espacios exteriores y una gran amplitud, que el blanco impoluto contribuye
a iluminar.
Son las características que definen esta preciosa casa situada en Tavira (Portugal), en pleno Algarve. La vivienda se ha terminado de edificar en el 2012, a partir del proyecto diseñado por el estudio Vitor Vilhena Architects.
La casa cuenta con una gran superficie que abarca un total de 400 metros cuadrados. Una de las características que mejor definen el proyecto es el entorno que rodea al edificio: una gran finca con cuatrocientos olivos centenarios que salpican una tierra tostada, en bello contraste con el azul profundo del Atlántico. La casa se construyó en el lugar que ocupaba una antigua construcción sin interés arquitectónico, y su diseño pretende ser paradigma de discreción y de fusión con la naturaleza.
Lo que sí se conservó de la vieja casa fue su orientación: las estancias están orientadas al sur para aprovechar mejor la luz natural y las condiciones climáticas. El concepto arquitectónico crea dos parcelas con identidades y funciones distintas: una de ellas es un volumen de geometría regular, mientras que la otra muestra una disposición claramente irregular. Ambas secciones están comunicadas mediante una galería acristalada, a través de la cual se distingue la silueta majestuosa de un gran olivo.
Fotografías: © Joao Morgado – Architecture Photography