Esta preciosa casa, cuya superficie útil es de 300 metros cuadrados, se alza en la ciudad de Bali (Indonesia). Curiosamente, el proyecto para su construcción fue realizado por el estudio de arquitectura danés Mencke & Vangby, y la vivienda se terminó de construir en el año 2012.
El estudio trabajó en estrecha cooperación con el arquitecto Peter Sand, y entre todos lograron fundir las tradiciones constructivas escandinavas con los materiales y la apertura a la naturaleza que caracterizan a las viviendas tradicionales de Bali.
La casa se llama Ashoka Canggu (Canggu es el nombre del pueblo en el que se levanta), y fue construida como segunda residencia para una pareja residente en Hong Kong. La planta baja presenta un espacio diáfano y está en contacto estrecho con la bella piscina y los lujuriantes jardines, al tiempo que cuenta con magníficas vistas de los campos de arroz que se divisan al este. Un muro perimetral de piedra balinesa entra en la vivienda desde el exterior y se convierte en la estructura fundamental de la construcción, fundiendo de esta manera las fronteras entre el exterior y el interior.
El suelo de piedra también es continuo, y su textura superficial es lo único que cambia para diferenciar los espacios: alrededor de la piscina es basto e irregular, mientras que dentro de la casa pasa a ser liso y ligeramente mate. A diferencia de la planta baja, el primer piso es íntimo y recogido: el cemento blanco de las paredes recoge la luz del sol y aporta sombra a la planta baja. Llaman la atención los baños, inspirados en cuevas y realizados en piedra local con grandes claraboyas sobre las duchas y las bañeras.
Fotografías: Alexis Menting.