No sabemos qué llama más la atención de esta casa: su curioso diseño en forma de cruz o el lugar en el que se encuentra. Edificada en el año 2011 en Playa Las Palmeras (Lima, Perú), la vivienda es un prodigio de imaginación del estudio de arquitectura Riofrio+Rodrigo Arquitectos.
Concebida como un solo bloque que ha sido cuidadosamente tallado para generar espacios, vanos y volúmenes, la interacción de las estancias interiores con el panorama que las rodea fue el punto de partida escogido por sus creadores, a la hora de diseñar esta vivienda.
La casa se alza sobre una finca que se haya frente al mar, y al que llega mediante una amplia pradera de césped. Se trata de una vivienda de tres alturas en la cual se han establecido tres ejes visuales que relacionan los distintos niveles, así como su comunicación con los espacios exteriores. El primero es el eje horizontal, que apunta al parque; perpendicular a él se traza el vertical, que se dirige al cielo, y el tercero mira directamente hacia el mar.
Dentro de estos ejes se articulan las zonas sociales y privadas de la casa, todas ellas fundidas en un único espacio. Toda la edificación está salpicada de amplios ventanales, marcos abiertos destinados a dejar entrar la luz natural; estos vanos generan una sensación de ligereza que contradice el aspecto compacto de la casa. Sin embargo, los ventanales están estratégicamente colocados para aprovechar las vistas, mientras que el resto de las fachadas se cierran para envolver a los habitantes de la vivienda y aportarles privacidad.
Fotografías: Elsa Ramírez.