En realidad, no es la residencia del mítico personaje creado por Julio Verne (que, recordaremos, vivía en un submarino del mismo nombre), pero no nos cabe duda de que el atormentado capitán se habría encontrado a sus anchas en esta inclasificable vivienda, diseñada por el arquitecto mexicano Javier Senosiain. De nombre Nautilus, es tan espectacular como futurista; y no sabemos si nos llama más la atención su fachada exterior o sus increíbles interiores.
La idea del arquitecto fue crear una vivienda con forma de caracola, en las proximidades de Ciudad de México. Innovadora, extraña y audaz, Nautilus ha hecho realidad el deseo de su creador: convertir la vida acuática en arquitectura a flor de tierra.
Ya desde la fachada, el visitante se queda sin palabras. Desde la entrada, abierta en una pared llena de cristales de colores, hasta el interior (donde estos mismos cristales generan una decoración de luz y tonalidades, digna de una película de ciencia-ficción de los años setenta), la casa Nautilus es una sorpresa constante para quien entra en ella.
Porque, ¿de qué otra cosa podríamos clasificar la alfombra de hierba que tapiza su interior? Y no queda ahí la cosa, sino que dentro del baño nos sentiremos como en el reino de Neptuno, con texturas que funden el agua y la arena. Además de ser una auténtica belleza, la casa Nautilus está construida para resistir terremotos y apenas requiere mantenimiento. Las casas de Javier Senosiain son sin duda un homenaje a la naturaleza y a la imaginación, y también un gran ejemplo de arquitectura medioambientalmente sostenible.
