Miguel Fisac revolucionó la arquitectura de nuestro país a base de investigar al tiempo que esculpía y modelaba el hormigón de una forma realmente poética. Siempre entendió la arquitectura como un conjunto de varios espacios para realizar acciones humanas, casi se podría decir como un trozo de aire humanizado. Buscó respuestas para solucionar los problemas que observaba y ésto le proporcionó la solución adecuada, siempre con el toque poético que le caracterizaba.
Sus obras lo demuestran: el Centro de Investigaciones Biológicas en Madrid del año 1951, la Iglesia de las Arcas Reales de Valladolid construido en 1952 o los Laboratorios Jorba que actualmente están desaparecidos.
Biografía
Fisac nació en 1913 en Daimiel, en Ciudad Real, y siempre le fascinó el mundo de la arquitectura, terminando sus estudios después de la Guerra Civil. Durante sus años más jóvenes encontró una guía de modernidad en los diseñadores escandinavos, impresionado por la arquitectura deshumanizada y formalista. En los años 50 y mientras investigaba nuevas técnicas y materiales, materializó sus reflexiones combinando su gusto por lo nórdico y la arquitectura popular. Fue un virtuoso con el hormigón pretensado y debido a sus creaciones y a la revolución en el aspecto de las iglesias españolas fue conocido como el arquitecto rebelde. También dio a conocer la arquitectura al revés, construyendo primero el edificio y posteriormente echando el hormigón, cambiando el sentido de la construcción que todos conocían.
Dedicó más de 60 años a su profesión y precisamente cuando el Colegio de Arquitectos de Ciudad Real estaba creando una fundación para catalogar el legado profesional de Fisac, una embolia cerebral truncó sus más de 90 años y su carrera profesional, ya que seguía trabajando en su pasión: la arquitectura.