Un nuevo concepto de hotel de vanguardia ha surgido en los comienzos del siglo XXI, cuando la rapidez, la economía de costes y la estética se dan la mano para crear nuevas soluciones arquitectónicas. El hotel que podéis ver sobre estas líneas se llama Snoozebox (palabra compuesta que significa algo así como “caja para la siesta”) y no está en realidad en ninguna parte, aunque puede estar prácticamente en cualquier sitio.
Se trata de un proyecto que ya ha dado sus primeros pasos, y que incluso ha sido aceptado en los terrenos del Castillo de Windsor de cara a las celebraciones del Jubileo de Diamantes de la Reina Isabel II de Inglaterra.
Este curioso hotel prefabricado ofrece la posibilidad de instalar en un santiamén entre cuarenta y cuatrocientas habitaciones, y lo más increíble: puede estar listo para dar la bienvenida a los primeros clientes en tan sólo 48 horas desde la llegada de los materiales. Se trata de construcciones ligeras totalmente adaptables y que no necesitan instalaciones ni terrenos nivelados para poder levantarse.
Snoozebox permite diseñar y crear proyectos (por ejemplo, eventos como ferias o conciertos) en un plazo de tiempo relámpago. Los módulos o “snoozeboxes” se pueden transportar por carretera, ferrocarril, avión o barco. Estos hoteles se forman a base de módulos que contienen las habitaciones, creados a partir de contenedores de barco reciclados. Las habitaciones tienen baño incorporado, televisor de pantalla plana, acceso a internet, aire acondicionado y calefacción, armario y tarjeta-llave para entrar. En estos tiempos en los que vemos cómo algunos edificios languidecen abandonados y afean con sus moles parajes naturales, soluciones como los hoteles de Snoozebox no pueden sino ser bienvenidas.