Muchas veces tenemos la ocasión de ver proyectos modulares en los que las residencias se dividen en distintos volúmenes bien diferenciados. En esta ocasión, la división llega a su máximo extremo: se trata de una casa que ha sido literalmente partida en dos para crear dos edificios interconectados por posición y estética, pero independientes de hecho.
La vivienda está en Kanagawa (Japón) y es producto del estudio de diseño Naf Architect & Design. Muestra la elegante estética que suele caracterizar a la arquitectura nipona, siempre equilibrada e inspirada en la tradición constructiva del país.
Esta vivienda unifamiliar está formada por dos edificios adyacentes conectados por un patio. Estas tres secciones han sido “extraídas” de un solo volumen, de forma que si pudiésemos ensamblarlas crearíamos un bloque compacto. En principio, el estudio diseñó un gran volumen para la residencia que estaba destinado a cubrir toda la finca; pero después el volumen fue tallado en forma de curva, y de esta “talla” surgieron tres segmentos: un hueco con dos módulos, uno a cada lado.
El hueco central que surgió de dividir la maqueta se convirtió en el patio que une ambos edificios. En uno de ellos se establece la residencia familiar, con sus clásicas estancias: salón, dormitorios, cocina…, mientras que el otro está destinado a alojar a los invitados, ver cine, celebrar fiestas y dotar de independencia a los adolescentes. El proyecto, según los arquitectos, “es un experimento que permite disfrutar de más opciones de estilo de vida dentro de una zona urbana”.
Fotografías: Toshiyuki Yano / Nacasa & Partners.