En el año 2005, el estudio de arquitectura holandés Atelier Kempe Thill ganó un concurso para edificar un pequeño centro juvenil y social en el área Reimerswaalbuurt (Amsterdam). La tarea consistía en integrar el pequeño módulo lo mejor posible entre los árboles del entorno, manteniendo la distancia suficiente con los edificios cercanos; y también, diseñar un volumen exento de tipo monumental, polidireccional y que resultase fácil de visualizar.
En el año 2001, el proyecto concluyó con la construcción de este armónico y sencillo centro cultural. El edificio está formado por dos conceptos de espacio diametralmente distintos, combinados en la misma obra.
La planta baja está diseñada como espacio plano, que se abre totalmente al entorno gracias a sus paredes de cristal. El exterior, con su abundancia de árboles, pasa a formar parte del interior extendiéndose generosamente por el espacio. El efecto se incrementa gracias al escueto equipamiento, y a la paleta de grises usada en la decoración. Se trata de una “sala pública” para el vecindario: las actividades que se llevan a cabo en ella se ven desde fuera, incentivando así a la población a participar.
Un detalle muy interesante de este proyecto es su reducido presupuesto: se edificó con un total de 550.000 euros. Con la idea de poder construir un edificio interesante en cuanto a diseño dentro de las posibilidades, el estudio aplicó varios métodos de construcción de bajo coste. En cuanto al interior, sigue la misma política: economía de medios y realización atractiva. El suelo es de cemento ligeramente rugoso, recubierto con una capa de poliuretano; el techo, por su parte, está revestido de yeso acústico aplicado a pistola. También se instaló un sistema industrial de iluminación y dos elegantes escaleras de acero.
Fotografías: © Ulrich Schwarz