Consejos para elegir una ventana

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La elección de nuevas ventanas puede ser más sencilla de lo que parece, pero para que eso sea así hay que tener muy claro qué es lo que se está buscando, ya que de lo contrario podemos cometer varios errores de los que arrepentirnos durante mucho tiempo. Por ello, te recomendamos tener en cuenta los consejos que compartimos en este artículo, ya que gracias a ellos sabrás cómo son las ventanas que quieres para todas y cada una de las estancias de tu hogar.

Ventanas a medida

Como es lógico, la mejor de las soluciones pasa por pedir ventanas a medida, ya que puedes elegir todos los parámetros que se adaptan al tipo de ventana que quieres. Tienes libertad a la hora de optar por un diseño más moderno o más clásico, puedes elegir de entre varios materiales y hasta puedes decidir qué mecanismo es el mejor para cada estancia.

¿Qué buscas en una ventana?

La primera pregunta que debes hacerte es muy sencilla. Para saber qué es lo que estás buscando en una ventana, debes saber que algunos de los beneficios que pueden aportar son la seguridad, el ahorro en gas o electricidad, el aislamiento del frío y el calor o la insonorización de cara a los ruidos que provienen del exterior. Sabiendo eso, y teniendo en cuenta tanto la altura a la que están situadas las ventanas como su orientación, tomar una decisión acertada será mucho más sencillo.

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Materiales disponibles

En lo que al perfil de la ventana se refiere, hay que decir que los principales materiales que podemos encontrar en el mercado son tres: aluminio, PVC y madera.

Aluminio: Siendo un material que es capaz de conducir tanto el frío como el calor, es muy importante asegurarse de que el perfil cuenta con ruptura de puente térmico (RPT). Con dicho aislamiento no hay que preocuparse de nada. Además, hay que ensalzar su cualidad de fácil mantenimiento y el hecho de que sea una opción con numerosas posibilidades a nivel estético.

PVC: Si lo que más te preocupa es contar con un buen aislamiento térmico, es evidente que el PVC es el material más apropiado. Mejora la eficiencia energética y el confort considerablemente, ya que diversos estudios realizados han llegado a demostrar que el ahorro en climatización puede superar el 50% gracias a una buena ventana de PVC. Su mantenimiento también es sencillo y no es difícil encontrar numerosos acabados con los que embellecer la ventana.

Madera: En este caso también hay que destacar que ofrece un buen aislamiento térmico. La parte no tan positiva es el hecho de que su mantenimiento es bastante más exigente que el de las ventanas de aluminio o PVC.

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Tipos de apertura

No menos importante es decantarse por una ventana que cuente con un tipo de apertura ideal para lo que estamos buscando. Evidentemente, todos tienen sus ventajas y sus desventajas, y muchas veces nuestra decisión viene influenciada por el espacio disponible.

Las ventanas practicables o abatibles son las más clásicas, y como evolución de las mismas están las oscilobatientes, que nos permiten disfrutar de dos tipos de apertura: la total y la parcial, siendo esta última perfecta para ventilar.

Cuando no hay espacio suficiente para colocar una ventana practicable, normalmente nos decantamos por las ventanas correderas, que tienen el principal inconveniente de no ofrecer un cierre hermético, algo que reduce los resultados del aislamiento.

Por último, también podemos hablar de las ventanas con un sistema de apertura batiente o basculante (apertura con inclinación hacia el interior), las osciloparalelas (muy recomendables en grandes cerramientos) o las pivotantes (las solemos ver en los tejados de las buhardillas).

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