Más que un bloque de oficinas, esta construcción podría fácilmente corresponder a una agradable vivienda moderna y minimalista, con amplias puertas de cristal que dan acceso al jardín desde las zonas comunes. Pero en realidad se trata de las oficinas que la firma Bürhmann Partners estableció en Windhoek (Namibia) en el año 2010, y cuyo diseño sigue siendo un magnífico ejemplo de equilibrio, elegancia y calidad.
El proyecto fue el ganador de un mini concurso que puso en marcha la empresa, y que ganó el estudio Wasserfall Munting Architects, capitaneado por Jaco Wasserfall.
El edificio se alza en una finca de 1500 metros cuadrados, que se sitúa en una calle sin salida ubicada en el barrio residencial de Klein Windhoek. Más que una zona de oficinas se trata de un área residencial donde la tranquilidad campa por sus respetos. Para construir las nuevas oficinas hubo que demoler la casa existente, y además los clientes dejaron bien claro que el jardín original tendría que ser conservado íntegramente. También estipularon el uso de cemento y la introducción del agua como elemento de la arquitectura.
Los tres socios deseaban ser ubicados en oficinas separadas, que contasen con vistas sobre el jardín. A partir de estas premisas, la sencillez y la claridad de la geometría fueron la inspiración del proyecto total. Una larga viga de cemento se utiliza a modo de prominente eje de circulación, articulando una aproximación clara hacia el edificio tanto por parte de sus usuarios como de los visitantes. Las oficinas individuales y las salas de reuniones se conectan directamente con las fachadas de cristal del volumen principal, enmarcando las vistas que desde este punto se obtienen del jardín.
Fotografías: Marcus Weiss – Studio One.