La costa de Nueva Zelanda guarda secretos de enorme belleza en su extensión. En la isla de la Gran Barrera de Coral, las vistas son espectaculares y la idea de aprovecharlas al máximo fue la premisa de los propietarios y arquitectos responsables del proyecto de este encantador refugio de madera, situado en la costa este de la isla. Emplazada a unos pasos de la orilla del mar, la construcción esta edificada íntegramente con madera negra dispuesta en largas planchas horizontales.
Fundir la arquitectura con el salvaje entorno y conseguir que su discreta presencia se mimetizara al máximo con el paisaje fue la intención del proyecto (realizado por el estudio neozelandés Fearon Hay Architects), que además se inspira en un moderno minimalismo en su concepción.
Según el estudio de arquitectura, “la paleta de colores oscuros del exterior se completa con una serie de pantallas de metal perforado que pueden abrirse y cerrarse para controlar el flujo de aire y luz, así como la privacidad y la seguridad de la vivienda. En la parte interior, las paredes y los suelos están revestidos con tablas de roble encerado que aportan un toque cálido que contrasta con el rústico exterior. Se ha controlado el tamaño de la construcción para mantener al máximo la sensación de ‘refugio’”.
El edificio, además, es medioambientalmente sostenible ya que cuenta con paneles solares destinados a recolectar energía para la calefacción y el agua caliente. También cuenta con sistemas para acopio y tratamiento de agua de lluvia. El propósito de este precioso lugar es proporcionar un lugar acogedor, cálido y confortable donde poder disfrutar de la dramática naturaleza y el aislamiento de un lugar solitario. El diseño de la Storm Cottage (cabaña de las tormentas) es sencillo y práctico, y está organizado alrededor de una planificación abierta. Los dos dormitorios flanquean la zona común y desde ambos se obtienen unas increíbles vistas sobre el mar.
Fotografías: Fearon Hay Architects.
